CUANDO UN AMIGO SE VA Y CUANDO NO HAY SOLIDARIDAD
Hace días se ausentó físicamente de este mundo un caballero en todos sus términos y un amigo al que ya me referí en otra ocasión en este espacio, el queridísimo Maestro Enrique Romero González, la semana pasada Marco Tulio León, un amigo personal a quien conocí desde niño y que a los 52 años se fue después de un padecimiento doloroso y prolongado y que desafortunadamente esas pérdidas no se acaban, pues hoy veo con mucha tristeza también a un paternal Maestro que siempre tuvo su mano tendida en mi formación profesional, Don Ramón Castillo Llamas y cada uno de ellos como dice Alberto Cortez deja un espacio vacío que ningún otro amigo va a llenar, sino que dejan un tizón encendido que nada lo puede apagar. Vayan mis amigos a ese incierto lugar que todos los que nos quedamos ahora con mucho cariño, respeto y aprecio los vamos a recordar.
Así como tenemos amigos, se tiene uno que dar cuenta que también hay otros que no lo son ni siquiera por compañerismo y que algún día pudiéramos necesitar la solidaridad en algún momento aciago que todos en la vida vamos a enfrentar y esta idea me viene, porque ha pasado más de una semana en la que de manera pública, dolosa e inmoral el nefasto Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sin las pruebas suficientes ha sometido a juicio morboso, perverso e impopular a unos magistrados, en particular al de Jalisco Jorge Figueroa Cacho quien debe de estar viviendo la falta de solidaridad de sus compañeros de trabajo y de profesión, no hemos acudido de manera espontánea y oportuna ante las instancias correspondientes a defender con absoluta certeza la honestidad, la capacidad y la eficiencia de un servidor público que enfrenta el juicio sangriento de los medios de comunicación que hacen escarnio de lo que no les consta ni tienen las pruebas suficientes, pero que uno de los peores detractores de la justicia del momento como lo es Juan Silva Meza que ya lo decía en mi artículo de la semana pasada es tal su deshonestidad que tiene la desvergüenza de publicitar todo los días de la semana y a todas horas y por todos los medios, que quienes trabajan en el Poder Judicial de la Federación son hombres y mujeres preparados para garantizar los derechos humanos cosa que es totalmente falsa, pues para muestra es que ni el debido proceso se cumple, por tanto magistrado y juez cobardes que ni si quiera presiden dentro de los procesos, si no que de manera frívola, deshonesta y descastada juzgan a sus semejantes con la ligereza más absurda y abominable que ha propiciado la situación de Michoacán, Tamaulipas, Coahuila, Jalisco, etc., que el gobierno se resiste a reconocer la existencia de un gobierno alterno que también hace justica, cobra plaza, piso y demás derechos que todos estamos conscientes de su existencia.
A mis amigos que se van físicamente les digo que les recordaremos por siempre de la mejor manera como los mejores padres, hijos, hermanos, maestros y amigos que fueron y a mis compañeros de profesión, les insisto que seamos más solidarios entre nosotros para cambiar este estado de cosas que irresponsablemente hemos dejado sea algo normal, que los homicidios supuestamente sometidos por la mafia y el levantamiento de nuestros compañeros o los criminales ahí se dejen por presumirse injustificadamente que el desempeño de la profesión lo hacían en asuntos vinculados con algún delito que tampoco justifica a la autoridad en su omisión y en su justificación. Ni un segundo más de rodillas hay que morirnos de pie y si no hay justicia para él para el pueblo que no haya paz para el gobierno, dijera Zapata.
Mtro. Luis Octavio Cotero Bernal.
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