Un Senado de huérfanos
A mí me parece, no sé a usted amigo lector, que los senadores de la república son productos de la orfandad, al atreverse a anunciar que en un acto de contrición cometen el sacrilegio personal y familiar de reducirse cien pesos mensualmente del salario que todo el país les pagamos y que asciende a la cantidad de ciento diecisiete mil seiscientos pesos; ahora, solo ganarán ciento diecisiete mil quinientos pesos, y que creo que hasta al ser humano más imbécil de la tierra le genera una gran ofensa a la inteligencia y considero que es imposible hasta para el más insensible, no irritarse con semejante agravio, pues entre otras cosas también les pagamos un seguro de vida por más de cuatro millones de pesos y no encuentro la justificación para darles ese valor en dinero, pues hay unos corpulentos, pero otros tantos no, que si es por el peso físico creo que no lo valen, porque ni somos antropófagos ni es comestible alguna parte de su conformación física, ¿que por su productividad laboral? tampoco le encuentro una justificación, pues tan solo con el gran lujo que nos proporciona el cargo, que de acuerdo a la constitución representan a los estados de la república y se me hace demasiado el pago con tan honorable cargo, que debería ser por las razones que se estableció en la instalación de la república y que si los hay positivos y valiosos, con estos actos se demuestra que todos son carentes de valor, de honor, de respeto, de inteligencia y sobre todo de amor a la patria a la que deberían servir hasta gratuitamente y no ofenderla con perdonarle cien pesos mensuales. Si fuera el caso de haberse incrementado el salario, cree usted que se aumentarían cien pesos mensuales. Creo que hasta a ellos les ofendería semejante vituperio.
Aquí en el Estado, el Presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en el glamour de la política, rindió su informe en uno de los hoteles más caros de la ciudad, habiendo tantos edificios públicos preciosos y adecuados para ello sin necesidad de derrochar el erario público que se le entrega para el buen uso. Este año en curso se incrementó su salario diecisiete mil pesos mensuales ¿dónde está la austeridad de este personaje? y para justificar su inútil actuación dijo casi debajo de la mesa del gobernador que en Jalisco hay tortura, desde luego sin especificar quién, dónde y cómo, y por ese actuar le pagamos ciento cuarenta y siete mil quinientos ochenta pesos con setenta y dos centavos, más sus gastos de representación, cuando otras instituciones realmente útiles, indispensables y productivas que están totalmente alejadas del salario correspondiente a la responsabilidad y al trabajo que día con día realizan dentro de lo que a mí me constan en las Agencias del Ministerio Público, en los Juzgados donde en su actuación ponen en riesgo, además de la vida, hasta su libertad al margen de los deshonestos e irresponsables que también los hay.
Señores senadores, si se equivocaron quisiéramos escuchar todos los mexicanos, que así fue, y no la barbaridad que hemos leído y escuchado en todos los medios de comunicación, nunca es tarde para reivindicarse, rescaten la dignidad de tan noble y constitucional cargo que es el de senador.
Mtro. Luis Octavio Cotero Bernal
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